Por lo general nosotros conocemos los rasgos de nuestro signo ascendente. Los Libra son coquetos, los Géminis duales y Tauro protectores. Pero cuando nos adentramos en la astrología como una pseudociencia con sus cálculos y su observación de lo que ocurre con los planetas, entendemos que este mundo de la adivinación es mucho más grande y preciso. Esto nos lleva a observar conceptos útiles que poca gente entiende y que se necesitan para poder observar las posibles predicciones y su significado. Entre estos conceptos que tienen un sentido cuando exploramos elementos como las casas zodiacales están las modalidades de signos. Veamos de qué se trata todo esto.
Las modalidades de los signos: cardinales fijos y mutables
Las modalidades son categorizaciones que están asociadas con fenómenos ambientales muy puntuales. Estos tienen un valor en la astrología y también un significado a nivel espiritual y energético. En este caso, los elementos no son la categoría destacada, debido a que se considera la naturaleza propia de cada signo. Tanto en los signos cardinales, fijos como mutables hay un signo de cada elemento. Los signos cardinales son los que se encuentran en los cuatro extremos del círculo zodiacal. Estos están marcados por la ocurrencia de los solsticios y equinoccios. En esos días, la noche y el día tienen duración igual salvo en los polos.
Pero además de estos aspectos objetivos, los signos cardinales son aquellos que representan el movimiento y la energía vital de la acción. Sus signos son Aries, Cáncer, Libra y Capricornio. Por su parte, los signos fijos representan la estabilidad, la rigidez y lo estático como el mismo nombre lo indica. De hecho, sus signos son Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Por último tenemos a los signos mutables, los cuales guardan un poco de ambas naturalezas siendo reconocibles por su naturaleza dual. Nos referimos a los signos Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Por ello es que a esta modalidad también se le suele llamar signos dobles. Energéticamente son signos cuya realidad está sujeta al cambio, entre lo estático y el movimiento.
Virtudes y defectos
Cuando separamos los signos según sus modalidades también podemos ver aspectos personales de cada nativo. Pero en este caso los revisamos desde otro grupo de asociaciones. Por ejemplo, los signos fijos tienden a ser activos, trabajadores e influyentes, pero en cuanto a los aspectos negativos, su carácter puede ser muy impulsivo. Con respecto a los signos fijos, podemos decir que tendremos a personas con metas claras, luchadoras y que buscan la permanencia.
Claro que entre sus defectos están la obstinación, la sobreprotección y una mentalidad algo cerrada. Por su parte, los signos mutables o dobles se adaptan muy bien a los cambios y están en constante evolución. Lo negativo está en que pueden ser un tanto egoístas y en su forma de relacionarse con los demás. Al final, todo forma parte de un equilibrio universal de las fuerzas que mueven a la existencia, la humanidad y en total, a la creación.