Aunque parezca que en una tirada de cartas de Tarot hay una parte que habla y otra que escucha, en realidad los roles se encuentran un poco más repartidos. Sí, es cierto que el tarotista debe tener una gran instrucción y vasta experiencia para poder decodificar los mensajes que provienen de los arcanos, pero hay una parte del trato que el consultante debe cumplir.
Se trata, principalmente, de estas cuestiones:
- Las expectativas correctas, que tiene que ver con no esperar del Tarot algo imposible, sino entenderlo como una experiencia que nos da herramientas para tomar nuestras propias decisiones en el futuro.
- Las preguntas bien formuladas, es decir, sea cual sea el motivo de la consulta se deben plantear dudas claras o tener en mente interrogantes concretos, que son los que darán sentido a los símbolos de las cartas.
- Estar preparado para lo que las cartas tengan para decir, pues muchas personas se enfrentan a una sesión de Tarot sin saber que no es una charla demagógica donde el consultante escucha lo que quiere, sino un encuentro donde prima la verdad.
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