Las fuerzas cósmicas también determinan los hábitos de cada signo en lo que se refiere a su forma de alimentarse. Tal es así que a lo largo de todo el zodíaco podemos encontrar a los exquisitos, los sofisticados y los moderados.
La salud y el atractivo físico son creados, en parte, por nuestras actitudes mentales, las cuales son generadas por estas energías planetarias.
Cambiar la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y los demás, utilizando la energía positiva que nos entrega el Cosmos, puede producir profundos efectos físicos.
Muchas personas temen que aquello que comen pueda hacerlos engordar o, incluso, enfermar.
Sin embargo, si no existe concientización, si no hay fuerza de voluntad continuarán consumiendo compulsivamente las mismas comidas a las que les temen, creando así tensiones y conflictos internos y generando obesidad o enfermedad.
Alimentarse constituye un ritual casi mágico, un increíble proceso en el cual varias formas de energía del Universo se transforman en la energía que forma nuestros cuerpos.
Cada persona, según el elemento al que pertenece, es atraída instintivamente por diferentes tipos de comida y las más variadas formas de alimentarse.
Los signos del elemento Fuego -Aries, Leo y Sagitario- con el impulso, la teatralidad y la hiperactividad, comen para deleitar su vista, su paladar y el entorno.
El elemento Tierra, desde Tauro, Virgo y Capricornio, selecciona y discrimina en extremo comiendo sólo lo que será mejor para ellos.
Los geminianos, desde el elemento Aire, son más cautelosos y reprimidos en sus comidas, pero no podemos decir lo mismo de Libra y Acuario, aunque se trate del mismo elemento.
Los emocionales y sensitivos Cáncer, Escorpio y Piscis, siempre lindando con los excesos y las sensaciones fuertes, también intentan obtener este tipo de sensaciones a través de su forma de comer.